Manuel de Falla y San Cecilio

La relación entre Falla y la Iglesia de San Cecilio es un aspecto más de su profunda religiosidad, que es aludida con frecuencia al hablar del compositor. En este texto tratamos de recoger diversos testimonios sobre su fe, dados tanto por el propio músico gaditano como por aquellos que lo conocieron personalmente, o a través del estudio de los fondos de la Fundación y Archivo Manuel de Falla.


TODO ES DON

"A los que Dios nos ha dado una gracia, nos impone el deber de cultivarla". Manuel de Falla era consciente de que había recibido dos dones, la fe y la música, dos pilares que sostendrían su vida y sobre los que caminaría como railes de tren. A esos regalos Manuel de Falla uniría el agradecimiento, sabedor de que todo lo recibido es gratuito y muestra de ello es el testimonio que dará durante toda su existencia. Un ejemplo lo tenemos en su testamento, en el que pide que se celebre la Eucaristía por los que lo acompañaron en la fe y lo iniciaron en la música.   

En lo que concierne a los sufragios antes indicados es mi voluntad que, independientemente de los que se celebren dentro del Mes de Ánimas de cada año, así como, según la costumbre establecida, se celebren por mi alma a mi fallecimiento y sigan celebrándose  en años sucesivos, acompañados siempre de eficaces limosnas, se dediquen otros en la misma forma a la santa memoria y al eterno descanso de nuestros amados padres (y de modo muy especial en las fechas de aniversario y en las fiestas de San José y del Santo Nombre de Jesús), así como en sufragio de nuestros abuelos y de todos nuestro demás difuntos, a los que se añadirán otros por el alma del Sacerdote de Cristo don Francisco de Paula Fedriani, mi primer confesor y director espiritual a quién debo los  más santos y eficaces consejos e instrucciones para afianzar mi religión y para procurar cumplir las obligaciones que ella impone a todo humilde discípulo de Nuestro Señor Jesucristo. (En los días 2 de Abril y 27 de Noviembre de cada año se ha de celebrar de modo especial dichos sufragios). Añádanse todavía otros, de modo muy general, por las almas de quienes fueron mis demás confesores, mis maestros, mis bienhechores (sic ) y mis amigos fieles, con especial mención de los que me iniciaron o procuraron perfeccionar en el cumplimiento de mi oficio, comenzando por don Clemente Parodi (mi buen maestro de primera enseñanza), por Sor Eloisa Galluzzo (sic), que en unión de mi querida Madre me inició en la música, así como por Don Felipe Pedrell y Don José Tragó, todos fieles cristianos y aptos, por consiguiente, para que la misericordia de Dios y la intercesión de Nuestra Señora hagan eficaces los sufragios ofrecidos por el descanso eterno de sus almas.

11. AMF Carpeta 8932, Testamentos
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