02/07/2018
Una obra maestra de Manuel de Falla, una ópera de pequeño formato que utiliza como texto una de las peripecias del Quijote, unos personajes de carne y hueso que asisten a la representación de un guiñol, una historia con princesa encerrada en una torre y caballero que busca rescatarla de la morisma que la mantiene cautiva… Todo ello es
El retablo de maese Pedro, que Falla estrenó en 1923 en el salón de una auténtica princesa y mecenas de artistas: la princesa de Polignac.
En el taller de arte de este año, como otra capa añadida, se usará la superposición de planos teatrales y diferentes realidades sobre las que se construye El retablo, convirtiéndolo así, en metáfora de la integración cultural, étnica y religiosa. Todo ello para diluir el concepto de individuo en la colectividad.