06/11/2021
En colaboración con la Fundación Caja Rural, la Asociación de Amigos de la Orquesta Ciudad de Granada y la Casa Museo Manuel de Falla.Del 6 de noviembre de 2021 al 9 de enero de 2022.
Auditorio Manuel de Falla, Granada.
Martes a domingo: 10 a 14 h y una hora antes de los conciertos.
A principios de 1922 Manuel de Falla consigue mudarse, desde la calle Real de la Alhambra, a la que será su vivienda definitiva en Granada. Era la casa que Falla buscó desde el momento de su llegada a la ciudad: una casa para habitar en la intimidad familiar, una casa abierta a la Europa que se albergaba en el Hotel Palace, una casa para trabajar y componer al sol, una casa para meditar ante la Vega y la Sierra. El propio compositor le cuenta así a su amigo Zuloaga cómo ha sido el encontrar su pequeña mansión:
Ha sido providencial el encontrarla; tiene unas vistas admirables (las mismas que el Palace, pues está muy cerca y situada en la misma dirección, a pleno mediodía y poniente) un jardín precioso, desde el que se domina la Sierra y con todo esto, un precio muy aceptable, casi una ganga: 80 ptas. al mes. El carmen de la Antequeruela, el carmen de Manuel de Falla que decimos los granadinos, aunque en realidad nunca fue de su propiedad, emocionó a los visitantes de ese íntimo paraíso y, especialmente, a los escritores que nos dejaron su lírica impresión. Adolfo Salazar la definiría como “...Su casita azul y blanca” y Azorín escribiría en 1933 un bellísimo artículo en La Prensa de Buenos Aires que tituló Vida imaginaria de Falla. Y, si bien, era imaginario el devenir de esa vida, cuando habla de la “Casita azul y blanca” la describe así:
Casi nadie sabe que en esa casita de paredes nítidas, enjalbegadas de cal, vive un gran músico. Y es porque este músico no vive en la edad presente, edad de periodistas y aficionados curiosos, sino en el siglo XVI, o más atrás, en el siglo XII. Los laureles, los cipreses, los rosales, eran lo mismo en el siglo XII que ahora. Las paredes blancas de la casa eran idénticas en la centuria dicha que al presente. Sólo en el silencio y en la paz, sólo un artista en esta casita, puede hacerse la ilusión de que lo mismo vive él en un tiempo que en otro, lo mismo hoy, en el siglo XX, que en el XII. Lo que cambian son las vanas agitaciones del mundo. Y como Falla no está sujeto a esas agitaciones, su vivir es inactual. Inactual como esa música tan fina, tan sutil, tan alada, tan cargada de espiritualidad, que Falla va escribiendo en el pentagrama.Esta era la casa del músico y esta es la casa del músico en la actualidad, una increíble conservación latente de una época y de un artista.
José Vallejo, comisario.
Lista de reproducción de la exposición en Spotify